diciembre 16, 2011

Cosas de la vida

Ayer me dijeron una frase con la que estoy totalmente en desacuerdo: "nadie nunca dijo que la vida es fácil". Es quizás una idea bastante pesimista de la vida. Es verla siempre cuesta arriba y pese a que logres cosas importantes, siempre habrá algo más allá, más arriba, algo que aún te hace pensar que no lo tienes todo y que la vida es un sufrimiento porque no puedes estar completo con las cosas que tienes.

La vida es fácil y punto. Porque si tienes ambición, incluso el camino a la búsqueda de algún objetivo te llena y te genera experiencia y en cierto sentido te da felicidad. En muchos casos es el camino hacia un punto lo que realmente vale. Y la vida es fácil porque es sencillo saber lo que realmente queremos y si realmente lo queremos, pues es fácil luchar por eso. Si te caes en el intento tienes dos opciones (sí, así de sencillo) o te quedas en el fondo o te levantas. Tomar retos es algo fácil, quizás realizarlo se torna complicado pero si tienes la motivación de hacerlo, incluso el intentarlo te hará más grande.

Este no es un post de autoayuda, es más de queja. NO me gusta la gente pesimista y los que creen que uno tiene que comenzar algo desde el fondo, creyendo que entras al campo de juego con dos goles de desventaja. Si comienzas algo tienes 50 por ciento de chances de ganar y otro 50 de perder. Vale la pena luchar por lo que quieres.

diciembre 09, 2011

Father and Son

Nunca he sido una personas que siga las señales que te presenta la vida. No creo mucho en la suerte pese a que me he ganado algunos premios en la vida y si el destino es el que rige tu vida, pues no le doy más importancia que la necesaria. Pero hoy en realidad no vengo a hablarles de eso -risas- de hecho comencé con el tema de las señales porque ayer me pasó algo insólito y que rápidamente lo relacioné con eso, señales.

Revisando Facebook, alguien posteó el vídeo Father and Son de Cat Stevens y de pronto me transporté a mi casa, para hablar con mi papá. Esa canción siempre me ha hecho recuerdo a él porque le gusta y punto. Luego de escucharla, voy a la cocina a hacerme el desayuno y la ponen en la radio. Entonces ahí me llegó la idea de la señal. No la relacioné con algo negativo como generalmente hace la gente. ¿Por qué la gente tiende a recordar algo y darle un sentido negativo o catastrófico? Yo me senté un rato y mentalmente fui creando un collage de recuerdos con mi papá, buenos y malos, una pequeña oda a su vida como padre.

Entre los varios recuerdos que tengo, creo que el más representativo de mi niñez es cuando le regalé una tarjeta por el día del padre en la que tenía por mensaje: "Ante todo eres mi amigo". Ahora, luego de más de veinte años de esa tarjeta analizo cómo es que a los parientes les gusta que los llamemos amigos y a los amigos que los llamemos familia. Demuestra, en ambos casos, estrechamiento e intimidad.

La "conversación" que tuve con mi papá fue una de las más desastrosas de la historia de la humanidad. Hablar de sexo conmigo le salió tan mal y a la vez tan médico que no le entendí un poroto. Luego, con el tiempo y con más charlas no tan privadas, pude encontrarle el sentido a su lenguaje técnico.

Y luego desapareció, quizás cuando más lo necesitaba, quizás cuando andaba en busca de una figura masculina. Se fue porque no pudo con la presion, porque su vida no era lo que él había querido o pensado que fuera. Se fue por ocho largos años en los que me tuve que inventar figuras paternas y ser una para mi hermano. Fue terrible.

Si bien se fue cuando lo necesitaba, volvió, tal vez, cuando mi mamá más lo necesitaba. Y estuvo al pie del cañón hasta el final. Siendo un gladiador y protector de mi mamá hasta sus últimos días y eso es lo más grande que ha podido hacer y por eso, para mí, él es un grande.

El último momento íntimo con mi papá, antes de venirme a vivir a estas tierras fue una salida a un café en el centro para explicarle todos los planes que tenía en mi vida. Tenía que contar a alguien todo lo que pensaba hacer y, sabiendo su hermetismo y lealtad, él era la persona adecuada. Además, como le dije esa noche, si alguien me va a traicionar y arruinar la vida, qué mejor que sea mi padre. Me apoyo en todo momento en la decisión que tomé y está siempre ahí, cuando más lo necesito.

Hay muchísimas cosas que podría contarles aquí pero creo que con las pequeñas muestras que les he dado, creo que pueden imaginarse la sensación que sentí ayer mientras escuchaba Father and Son.

 

diciembre 01, 2011

Amantes


Él se despertó con una resaca de la noche anterior. No habían bebido mucho alcohol pero sí habían tenido sexo hasta las 4 am. Se dio cuenta que ella estaba dormida en sus brazos y no le gustó la sensación. Movió un poco su cuerpo para que ella se diera vuelta y así poderse zafarse de ella, de aquella habitación de motel de pueblo. El movimiento de cuerpo despertó a Graciela, quién, conociendo la costumbre de "su hombre" sabía que su tiempo con él había terminado por esta semana…

Ella vio como él se sentó al borde la cama y comenzó a abotonarse la camisa. Ella lo miró en silencio y comenzaron a caer lágrimas de su rostro. Las primeras palabras que salieron de su boca esa mañana fueron "te amo", palabras que a él le disgustaban. Se giró, la vio llorar y sintió rabia, suspiró hondo y le dijo que por su situación, él no podía amarla, que la disculpe. Ella se limpió las lágrimas y le dijo que ya sabía eso pero que no podía evitarlo. Entonces dijo dos palabras que tenía guardadas desde hace dos semanas y que tenía miedo pronunciarlas. Las dijo despacio y con vergüenza: "Estoy embarazada".

El dejó de vestirse, bajo la cabeza, cerró ambas manos en puños y comenzó a agitarse su respiración. Se quedó en esa posición por 14 segundos, se calmó un poco y giró su cuerpo para ver a Graciela. Vio que ella ya no lloraba, seguía ahí acostada en la cama, desnuda, con los pechos descubiertos. La vio y sintió excitación. Le sonrió sin esfuerzo, se acostó a su lado y comenzó a besarla con mucha pasión. Comenzó a acariciarle el cuerpo hasta posar su mano en el cuello de ella, entonces comenzó a ahorcarla. Se ayudó por su otra mano. En menos de un minuto se había librado de su problema.

Terminó de vestirse rápidamente y salió sigilosamente del motel.

Horas más tarde, como todos los domingos, fue a oficiar la misa en la ciudad de ella. En el sermón habló de los valores de la familia y de la responsabilidad de las parejas antes y después del matrimonio. Lo hizo con bastante tranquilidad y elocuencia.

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